lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Oyes golpear la nieve contra los cristales de la ventana, Kitty? ¡Qué ruido tan agradable y suave hace! Como si alguien, desde afuera, estuviera cubriéndola de besos. Me pregunto si la nieve quiere a los árboles y a los campos, y por eso los besa con tanta delicadeza. Y luego, ya lo ves, los abriga calentitos con un manto blanco, y tal vez les diga: "Ahora a dormir, pequeños, hasta que vuelva el verano". Y cuando en verano despiertan, Kitty, ellos mismos se visten de verde y se ponen a hablar, siempre que sopla el viento, ¡ay, qué bonito! -exclamó Alicia soltando el ovillo de lana para batir palmas-. ¡Cómo me gustaría que fuese verdad! Seguro que los bosques parecen dormidos en otoño, cuando las hojas se doran de marrón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario